Ya sabía quien eras y como eras, Antes de aquél día que te conocí, Un sueño premonitorio me mostró, Tu sonrisa, la belleza de tu mirada, Tu mirada seductora e irresistible, El color del pelo que los rayos sol Proyectaban e imitaban, Conocí el colmenar de tus labios y Tu inteligencia aguda, envolvente. Así fue ¡vivía! mientras te soñaba, Fui tan agradecido con mi fortuna, De vivirte que... Las musas, los dioses o quien sea, Que te puso en línea de mi destino Pagaron el pasaje a mi felicidad. Aquél sueño me anticipó o facilitó, Me dio a saber que ¡tú! ibas a ser, La mujer y la compañera añorada, La que me impulsó a encarnarme, En este planeta con olor a burdel, En donde nadie cree en el amar, Más, que el dinero y el desamor, En donde las sonrisas ¡abundan! En corazones de hienas sin valor, Donde se ríe, pero no de felicidad, Donde las sonrisas son de tristeza De abandono o soledad, Donde quien dice ser tu ami